Historia de mujeres. Shirley: MIOMAS y CREATIVIDAD




Los miofibromas son tumores benignos del útero. Se desarrollan en diversos lugares sobre y dentro de la
pared uterina o en la cavidad uterina. El sistema habitual para calcular el tamaño de un miofibroma es comparar el tamaño del útero con el que tendría en las diversas etapas del embarazo. Así pues, a la mujer se le dirá que tiene un miofibroma del tamaño de 14 semanas si tiene el útero del tamaño que tendría si estuviera embarazada de 14 semanas. Los miofibromas están formados por tejido duro, blanco y cartilaginoso de una forma parecida a la de una concha. Están presentes en un 20 a 50 por ciento de todas las mujeres
Caroline Myss explica que los miofibromas representan la creatividad que nunca nació, en la que
se cuentan las imágenes «fantásticas» de nosotras mismas que nunca han visto la luz del día y los secretos creativos de nuestros otros «yoes». También se producen cuando estamos desperdiciando energía
vital, por ejemplo en trabajos sin futuro o en relaciones que están acabadas. A las mujeres que tienen
miofibromas les pido que mediten acerca de sus relaciones con otras personas y en cómo expresan su
creatividad. Estos tumores suelen ir asociados a conflictos con la creatividad, la reproducción y las relaciones. 


Shirley, una enfermera de 45 años, llevaba un tiempo con menstruaciones irregulares y muy abundantes cuando le encontré un pequeño miofibroma al hacerle el examen anual. Un año antes había estado en tratamiento por un desorden de la alimentación y codependencia. Cuando le diagnostiqué el miofibroma estaba en medio de un cambio profesional, tratando de decidir si dejaba un puesto directivo sofocante pero lucrativo.
Le recomendé que siguiera una dieta pobre en grasas y rica en fibra y se aplicara compresas de
aceite de ricino. También le pedí que pensara en lo que en realidad deseaba hacer, lo que hallaba realmente satisfactorio. Cuando lo pensó, se dio cuenta de que su creatividad estaba ahogada en su trabajo.
Le preguntó a su cuerpo qué quería decirle y le pidió que se lo revelara en sueños o meditaciones. Al
cabo de varios meses me dijo: «He aprendido a rodearme de amor y una energía sanadora durante las
aplicaciones de compresas de aceite de ricino, las meditaciones y la terapia».
Hizo sesiones de Reiki, que es un tipo de tratamiento energético similar al toque terapéutico que
implica sanar con las manos. Dos semanas después de su visita, me contó: «Tuve una visión: la masajista
me levantaba del abdomen una cosa parecida a un bolo y me decía que lo extrajera. Lo que saqué era
como uno de esos erizos que se pegan en los calcetines en el bosque; tenía exactamente cuarenta y cinco
pinchos [Shirley tenía 45 años]. Esa aparición, el erizo, me representaba a mí misma con mi manera de
aferrarme a las cosas de una forma no sana. Simbolizaba mi apego al trabajo y a las personas por medio
de las cuales trataba de encontrar satisfacción. Mis sueños y meditaciones me hicieron comprender que
el tumor uterino era una manifestación física de mi creatividad sofocada, que jamás podría expresar plenamente a través de mi dependencia de los demás. Durante mi proceso de sanación emocional y física, el
miofibroma se redujo de tamaño y fui conducida a un trabajo más creativo y gratificante que implicaba
la atención directa a enfermos». En el examen de seguimiento, al cabo de tres meses, comprobé que tenía

el útero mucho más pequeño y no encontré ningún miofibroma.

Christiane Northrup- Cuerpo de Mujer, Sabiduria de Mujer

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